Un evento deportivo —o de cualquier otra índole— no tiene por qué admitir insultos del público asistente. Ello, afecta el derecho a la dignidad de la persona o grupo de personas que brindan dicho espectáculo.
No está permitido llevar propaganda de contenido racista o discriminatorio, ni permitir que alguien más lo haga. Tampoco insultar a ningún deportista por su color de su piel, origen, procedencia o nacionalidad.
De acuerdo a su reglamento y competencias, las autoridades deportivas podrán formular, disponer o aplicar advertencias, multas, deducciones de puntos, exclusión de la competencia, partidos a puerta cerrada, prohibición de ingreso a estadios, entre otras acciones; a las asociaciones deportivas, jugadoras, oficiales, árbitros o aficionados.
Ten en cuenta que la discriminación es un delito y puedes denunciarla ante la policía o el Ministerio Público. Puedes tomar fotografías o grabar videos con la finalidad de probar los actos discriminatorios.